viernes, 5 de enero de 2018

Las peores 3 cosas que sus meseros dicen

Muchos pensamos que al instruir a nuestros meseros a decir ciertas cosas resulta en una buena experiencia al invitado... pero pensemos otra vez...

Cuando el invitado se sienta en la mesa “Hola, mi nombre es Juan y seré su mesero esta noche”


El invitado pregunta: “¿Qué está bueno del menú?” y el mesero responde: “Todo”



Después de que los platillos llegan, el mesero pregunta ¿Cómo está todo?

Todo lo anterior son otra cosa que clichés, aburridos y predecibles que además, los invitados los escuchan en todos lados. Estas expresiones le quitan la oportunidad de conversaciones significativas que puedan construir una relación con sus clientes... y eso es muy malo para su negocio.

Como lo mencionamos en esta publicación, cuando los meseros inician conversaciones personalizadas, inteligentes y con substancia, cosas muy importantes comienzan a suceder. Las mentes comienzan a interactuar, diálogos con significado ocurren, los meseros conectan con sus invitados y los invitados tienen una mejor experiencia porque se sienten apreciados e importantes.



Y ¿ qué es lo que los invitados usualmente hacen cuando se sienten apreciados? Dejan mejores propinas y regresan a su restaurante con mayor frecuencia.

Utilice sus juntas pre-turno para abordar las diferentes maneras en las que sus meseros pueden mejorar la interacción con sus invitados.

“Hola, mi nombre es…” 
En honor a la verdad, a los invitados no les importa cuál es el nombre de los meseros además, casi siempre traen una etiqueta con su nombre en el uniforme. Un saludo como “Hola, bienvenidos a Los Girasoles, estoy muy contento(a) de que hayan decidido visitarnos esta noche”. Esto pone la atención en donde debe estar: en el invitado y no en el mesero.

Haga que su staff practique los saludos en mesa con una sonrisa sincera y mirando a los ojos al invitado y su restaurante estará a kilómetros de ventaja sobre su competencia.



“¿Qué hay de bueno en este restaurante?”
Prepare a sus meseros para describir 2 o 3 elementos populares del menú, aquellos que su restaurante realmente prepare muy bien y que usted desee servirlos o mejor aún, haga que los invitados hablen de qué tipos de platillos prefieren. Cualquier cosa menos “todo”.

“¿Cómo está todo?”
Después de servidos los platillos, prepare a sus meseros para llegar y preguntar por cosas específicas e inteligentes, preguntas que tengan que ver con lo que sus invitados han ordenado, “¿Su atún quedó a su gusto?”, “¿Alguno de ustedes necesita más salsa BBQ?”, de nuevo, lo que sea menos “¿Cómo está todo?”.
Sobretodo, evite preguntar demasiadas veces o cuando ven que los invitados están en medio de una conversación.

Cuando hay una conversación significativa, la conexión con la gente empieza a ocurrir y las relaciones se construyen, los invitados se sienten valorados y apreciados. (Y entonces querrán saber el nombre del mesero para preguntar por el/ella en su siguiente visita.)

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