En muchos casos son cosas de bajo perfil como boletos para conciertos o deportes, incluso pavos o vinos en días festivos. Sin embargo, también hay situaciones en las que los regalos van más allá como vacaciones, artículos de lujo e incluso dinero en efectivo a cambio de que les sigan comprando.
Esto resulta ser sumamente perjudicial pues en muchos casos el restaurante termina pagando precios muy altos por estos productos pues no se tienen opciones que compitan ni referencias de otros precios. Toda empresa debe contar con una política al respecto en donde prohiban este tipo de regalos o al menos se establezca el valor máximo que los empleados están autorizados para recibir como regalo de parte de los proveedores.
Usted podría pensar que unos boletos para el futbol no son gran cosa pero por ejemplo en Wal-Mart tienen la siguiente política: Los empleados de Wal-Mart no pueden aceptar nada de los proveedores, ni siquiera una taza de café. Si lo hacen, y la compañía se entera, constituye un motivo para la rescisión inmediata de su contrato. Ellos no quieren que absolutamente nada se interponga a los intereses de la compañía. También es bueno mantener cierta rotación en la gente que se encuentra a cargo de las compras. Jamás permita que la misma persona se encargue de las compras por más de un año.
Entre más tiempo tengan para tratar con los proveedores, las relaciones serán más cordiales entre ellos y el riesgo de abuso es cada vez mayor. Si usted sospecha que alguien de su personal está recibiendo recompensas en el área de Compras, verifique que dicho proveedor no esté dando precios excesivos. Haga que alguien fuera de dicha área busque precios de la competencia de dicho proveedor. Si usted está pagando precios excesivos, será muy notorio.
Nuestras herramientas Aloha MenuLink y Hawk® le ayudarán a tener una mejor comunicación con sus proveedores y mejor control sobre los precios que usted está recibiendo.
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