miércoles, 20 de diciembre de 2017

Una Segunda Impresión

No existe algo más grave que el que un invitado no quiera tener una segunda impresión de su restaurante.
¿Le ha ocurrido que usted se forma una impresión, buena o mala simplemente con entrar a un restaurante?



Un usuario de Facebook recientemente comentó acerca de un restaurante que visitó a la hora del almuerzo. El lugar le había sido ampliamente recomendado y contaba con buenas reseñas en línea. Sin embargo a la entrada del establecimiento, su primera impresión fue formada por un piso que no se veía impecable, y un olor ambiental poco agradable. Como resultado, el invitado tomó la decisión de jamas regresar - antes de siquiera sentarse y se quedó únicamente porque tenía que comer rápidamente.


El propietario o gerente, por supuesto, era ajeno a la percepción real de este cliente.

La atmósfera, la conducta del personal, la presencia, la calidad de los alimentos, la limpieza y la primera impresión general reflejan fielmente la calidad de manejo del restaurante. La industria de la hospitalidad es un suelo muy fértil para lo inesperado, cosas como entregas incompletas, invitados que reservan y no llegan, complicaciones en la caja de cobro, clientes problemáticos, fallas en el equipo y la lista sigue.



Los operadores proactivos son capaces de impresiones positivas al implementar procesos de control que puedan mantener a su restaurante operando sin contratiempos, de manera transparente y constructiva. Para minimizar lo inesperado, ellos le dan un especial énfasis en la capacitación del personal, desarrollan una política de “Etapas de Servicio” para asegurar adhesión del personal a los estándares de servicio, además usan check-lists de control de calidad y disposición a diario.

Cuando un restaurante opera como una máquina bien aceitada, los gerentes y propietarios tienen mucho más tiempo para concentrarse en ver a su restaurante con los ojos de sus clientes - y es entonces cuando pueden hacer los ajustes pertinentes: la iluminación y la música están en los niveles perfectos; si una mesa se ensucia, se limpia de inmediato; si algo se descompone, se repara; y cuando un invitado entra por la puerta se le da una cálida bienvenida. Al hacer una buena primera impresión usted incrementa la oportunidad de hacer una segunda.



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